Halva (cocina árabe)

El Halva no me gusta particularmente pero es tan popular en tantos paises que no consignarla sería casi un pecado. Además algunos tipos de Halva, como la receta que abajo encontrareis, se pueden hacer en media hora o menos.
El halva es de procedencia árabe. Deriva de un vocablo en ese idioma que significa 'dulce'. Se puede encontrar prácticamente en todo Oriente Medio y Balcanes, incluso en zonas de Rusia, Somalia, Pakistán o India. Ignoro a qué se debe tanta popularidad aunque sospecho que el uso de ingredientes muy comunes y la facilidad en su confección pueden tener parte de culpa.


Existen dos tipos de halva : los que se hacen con pasta de sésamo (tahini) y los que se hacen con sémola. Puesto que odio la pasta de sésamo es obvio que también me desagradan los halva de sésamo. Los halva de sésamo presentan un aspecto de 'mazacote', de ladrillo. Son muy compactos y al morderlos tienen una extraña textura crujiente. Los de sémola son maleables con un aspecto de pasta densa. En cualquier caso ambos se hacen siempre siguiendo estas reglas :

1. Primero se cocina el ingrediente para añadirle a continuación el almíbar. El ingrediente suele ser una pasta (sésamo o semolina) con añadidos de frutos secos.


2. La proporción de ingredientes es 1:2:3:4. Siendo 1 el contenido de aceite o mantequilla, 2 la sémola, 3 el azúcar y 4 el agua. Es decir, si empleamos medio vaso de aceite, deberemos usar un vaso de sémola, vaso y medio de azúcar y 2 vasos de agua.

Os muestro a continuación la receta del halva de sémola. Es el halva más típico de la India. Allí se suele hacer con aceite vegetal de palma o sésamo, si bien para adaptarlo a nuestros usos empleo aceite de oliva.

INGREDIENTES ( 4 personas, aproximadamente) :



Medio vaso de aceite de oliva
25 gramos (1 pastilla) de mantequilla
1 vaso de sémola
Vaso y medio de azucar
2 vasos de agua
Un puñado de almendras peladas (o pistachos, o nueces, o piñones etc)
Aceite virgen extra de oliva

En una cacerola echamos un chorro de aceite virgen y calentamos. Vamos echando poco a poco la sémola para freirla y que tome un color dorado (cuidado de no quemarla !). Reducimos el fuego y añadimos la mantequilla, removiendo hasta deshacer. A continuación vertemos las almendras y las damos unas vueltas para que también se pongan doradas. Retiramos del fuego y reservamos.


En otra cacerola vamos a preparar el almíbar. Calentamos el agua hasta hacerla hervir. Disolvemos un vaso de azúcar (el otro lo reservamos) y removemos bien. A continuación vertemos el almíbar en la sémola tostada removiendo bien para que todo quede muy mezclado. Volvemos a poner la cacerola al fuego sin dejar de remover e incorporamos el vaso de azúcar restante (si no lo quereis demasiado dulce podeis eliminar este segundo vaso). Cuando este todo bien disuelto y homogéneo (sin grumos) lo sacais del fuego y lo dejais reposar 15 minutos. A continuación verteis la mezcla en un molde y llevais a la nevera cuando se haya enfriado.